Pechugas de pollo deshuesadas: sanas y versátiles

Las pechugas de pollo sin hueso encajan en casi cualquier plan de comidas. Son económicos, bajos en grasa, fáciles de preparar y forman parte de una variedad de recetas. Si no puede encontrar pechugas de pollo sin hueso a la venta, las congeladas envasadas disponibles en la mayoría de las tiendas suelen tener un valor excelente. Son perfectos para ensaladas, cenas de sartén, guisos y platos de pasta, y funcionan bien en muchas recetas de cocción lenta. Varias de estas recetas son favoritas que califican como comida de confort.

Para pechugas de pollo tiernas y jugosas, use un termómetro de lectura instantánea para verificar que esté cocido. Cocine las pechugas de pollo a una temperatura de 165 F, que es la temperatura mínima segura para el pollo. La carne de pechuga de pollo se vuelve seca y dura cuando se cocina en exceso.