Una dieta de Whole Foods: el por qué y el cómo

Una dieta de Whole Foods: el por qué y el cómo

La medicina occidental está reconociendo cada vez más que una dieta de alimentos naturales o enteros es fundamental para prevenir y curar la mayoría de los estados de enfermedad. La humanidad moderna en el mundo industrializado se enfrenta a tasas epidémicas de obesidad, diabetes, cáncer y una serie de problemas de salud relacionados con la dieta (y prevenibles).

Hemos sido testigos simultáneamente de un marcado aumento en el consumo de alimentos procesados ​​y envasados.

Barrios que una vez tuvieron pescadería, puesto de granja, carnicero y panadero ahora están perdidos. Los supermercados que llevan alimentos empacados de procedencia cuestionable han reemplazado a estos pequeños negocios, y en muchas comunidades, los alimentos criados localmente son desconocidos.

Los alimentos genéticamente modificados han ocupado un lugar central en la agricultura grande, las carnes cargadas de hormonas y las frutas y vegetales saturados con pesticidas han invadido nuestras estanterías del mercado. Los productos químicos y el azúcar están al acecho en alimentos que tradicionalmente no contienen ninguno. ¿Qué demonios debemos hacer?

Una vez que reconocemos que nuestra salud (y la de nuestras familias) se ve comprometida cada vez que abrimos una comida para microondas, una mezcla para pasteles o un paquete de comida procesada, es hora de conocer cuáles son las alternativas.

Entonces, ¿qué hace que los alimentos sean "enteros"?

El concepto básico es que la comida entera no está procesada ni adulterada y viene directamente de la naturaleza. Los alimentos integrales no son genéticamente modificados, procesados, coloreados, elaborados por medios sintéticos o cargados con aditivos hormonales.

La harina blanca, el azúcar, el arroz blanco, la mayoría de los cereales fríos, las galletas y los alimentos envasados ​​se procesan.

Los alimentos integrales incluyen granos (como harinas integrales, arroz integral y silvestre, quinua, mijo); frutas y verduras orgánicas o mínimamente tratadas; pescado silvestre capturado o cultivado de forma sostenible; carnes orgánicas levantadas; productos lácteos orgánicos sin procesar y huevos de gallinas camperas .

Los alimentos integrales no contienen conservantes y, en consecuencia, tienen una vida útil más corta.

Debido a los avances en las técnicas de preparación de alimentos, varios métodos de conservación de alimentos están disponibles (como deshidratación, tostado seco, enlatado y congelado) y pueden incorporarse con moderación durante las épocas del año cuando la temporada de crecimiento está inactiva.

¿Cuanto cuesta?

Mucha gente comenta que comer alimentos orgánicos es prohibitivamente caro. Hacer el compromiso de tener un jardín pequeño (incluso en contenedores) nos ayuda a reelaborar nuestra relación con los alimentos. Unirse a una Cooperativa de Alimentos o CSA (Community Supported Agriculture) es una gran manera de ahorrar dinero. Por último, pero no menos importante, una dieta basada en plantas dominante NO es costosa. Los granos, las legumbres y las verduras en última instancia no cuestan mucho.

Lo que debemos reconocer es que cuanto más nos impulsa la comida falsa y los sabores falsificados, es más probable que desarrollemos una enfermedad. Entonces, ¿el costo de una dieta sana es tan alto? Es una inversión con ganancias a largo plazo y puede ser la clave no solo para nuestra salud sino también para la de nuestros hijos .