Receta sencilla de español Churros

Los churros son la versión española de masa frita, también conocida como buñuelos españoles. Son famosos en todo el mundo y deliciosos!

Estos deliciosos palitos de masa frita son fáciles de hacer: las versiones básicas incluyen poco más que harina, agua y sal. Los churros son increíbles cuando se sumergen en rico y cremoso chocolate caliente español o espolvoreado con azúcar. La canela no es un aderezo típico en España, pero es común con los churros mexicanos.

Disfrutando Churros

Los churros españoles se disfrutan comúnmente para el desayuno o la merienda española llamada la merienda. Son el equivalente español de donuts y se venden en cafeterías, bares de churros y en carros de vendedores ambulantes. Los churros españoles tradicionales vienen en una variedad de formas y tamaños, el más común es un lazo o un palo.

Por lo general, puedes pedir churros por plato (una ración) o a veces por medio plato (media ración). Si haces un pedido desde un carrito de la calle, pueden permitirte pedir la cantidad mínima, que generalmente es de un euro. Van a venir en un gran cono de papel que absorbe el exceso de aceite.

Disfruta churros en cualquier época del año con esta receta, estés o no en España.

Lo que necesitarás

Como hacerlo

  1. Vierta aceite vegetal, como aceite de canola o de maíz en una sartén grande de fondo pesado. Asegúrese de que haya aproximadamente 2 pulgadas de aceite en la bandeja para cubrir los Churros. Debe haber suficiente aceite para que flote libremente mientras se fríe. Coloque la bandeja a un lado.
  2. En una olla mediana, vierta 1 taza de agua. Agregue aceite, sal, azúcar y revuelva. Lleve el agua a ebullición.
  3. Mientras esperas a que hierva el agua, seca el vaso utilizado para medir el agua y úsalo para medir la harina, ya que es necesario tener harina y agua en partes iguales. Vierta la harina en un tazón mediano y agregue el polvo de hornear y revuelva.
  1. Una vez que hierva el agua, retire la olla y comience a calentar el aceite en la sartén.
  2. Vierta lentamente agua hirviendo de la cacerola en la mezcla de harina, revolviendo constantemente con un tenedor hasta que quede una masa suave y sin grumos. Nota: La masa no debe estar goteando como una pasta, sino que debe ser pegajosa y suave.
  3. Inmediatamente, coloque la masa en una churrera (una gran prensa para galletas) o en una bolsa para pasteles .
  4. Con cuidado, exprime la masa en aceite caliente (350 a 375 F) y freír hasta que esté dorado. Retire con una espátula ranurada o una horquilla de mango largo. Coloque sobre una toalla de papel para escurrir.
  5. Después de drenar el aceite, corte en longitudes manejables. Espolvorear con azúcar o rociar con miel al gusto y servir.